En este artículo quiero compartir algunas ideas que considero fundamentales del trabajo de Bruno Bonoris, psicoanalista argentino y docente, cuya lectura rigurosa de la obra de Lacan propone un necesario reposicionamiento en la teoría y en la clínica. Lo que sigue no es una interpretación personal, sino una exposición ordenada de algunas de sus tesis más relevantes, que él desarrolla en seminarios y textos recientes. En particular, quiero destacar tres ejes: la propuesta de “desambiguar a Lacan del lacanismo”, su conceptualización de la desubjetivación y la otrificación, y su crítica a la noción de responsabilidad subjetiva, que reemplaza por la de rectificación subjetiva.
Desambiguar a Lacan del lacanismo
Bonoris sostiene que buena parte de lo que hoy se transmite como “lacanismo” —en escuelas, seminarios, publicaciones o dispositivos clínicos— se ha transformado en una suerte de aparato ideológico que muchas veces oscurece, simplifica o incluso traiciona la enseñanza de Jacques Lacan.
Para él, es urgente desambiguar a Lacan del lacanismo, es decir, separar al autor de las interpretaciones institucionales o filosóficas que se han sedimentado sobre su obra. Se trata de una operación crítica y ética: no podemos practicar el psicoanálisis como si todo lo que lleva el nombre “Lacan” fuera necesariamente fiel a su pensamiento.
Desambiguar, entonces, no implica negar el legado, sino volver a leer a Lacan de manera rigurosa, sin dar por sentadas las interpretaciones canónicas ni dejarnos arrastrar por el prestigio institucional.
Desubjetivación y otrificación
Otro eje potente en su pensamiento es la crítica a la noción de sujeto entendida como unidad autónoma o consciente. Bonoris trabaja con el concepto de desubjetivación, que toma de Gaston Bachelard y reformula en clave lacaniana. Lejos de tratarse de una negación del sujeto, la desubjetivación es una operación epistemológica y clínica: consiste en desplazar la idea del sujeto como origen de sentido, para pensarlo como efecto del lenguaje, del Otro y del discurso.
En esa línea, Bonoris destaca que Lacan no concibe al sujeto como una entidad sustancial, sino como un intervalo, un entre-dos, algo que solo se configura en la relación con el Otro. Aquí introduce la noción de immixtion de Otredad, que implica que el sujeto no es una conciencia aislada, sino el resultado de una mezcla estructural con el Otro.
Esta perspectiva evita caer en el mito de la “intersubjetividad” ingenua. El sujeto no se constituye en el diálogo empático entre dos yoes, sino que emerge del corte que produce el significante. La otrificación no es una amenaza, sino la condición de posibilidad del sujeto mismo.
De la responsabilidad subjetiva a la rectificación subjetiva
Uno de los aportes más sólidos de Bonoris —y que tiene consecuencias directas en la clínica— es su crítica a la idea de “responsabilidad subjetiva”. Él observa que, en muchos discursos analíticos, esta noción se convierte en una forma más o menos sutil de culpabilización del analizante: “Tú eres responsable de tu síntoma, de tu goce, de lo que te pasa”.
Bonoris considera que esta postura es éticamente errónea y clínicamente estéril. En lugar de ello, propone recuperar el concepto de rectificación subjetiva, que aparece en los primeros textos de Lacan como un momento lógico de entrada en análisis. La rectificación no busca juzgar al sujeto, sino producir un viraje en su relación con el síntoma, abriendo una interrogación que le permita situarse en una lógica distinta.
No se trata de decir “yo soy responsable de mi malestar”, sino de preguntarse qué posición tengo en eso que me pasa, cómo se organiza discursivamente eso que hasta ahora aparecía como destino, repetición o queja.
Es decir, la rectificación subjetiva no busca que el sujeto asuma una culpa, sino que se desplace hacia una posición desde la cual pueda leer su síntoma como una formación del inconsciente, no como un fracaso personal.
Una apuesta clínica, epistémica y política
Como puede verse, estas ideas no son detalles técnicos, sino que reconfiguran por completo la forma en que entendemos la práctica del psicoanálisis. Desambiguar, desubjetivar y rectificar son operaciones que apuntan a sostener una clínica no moralizante, no institucionalizada, no dogmática. En tiempos donde algunos discursos psicoanalíticos se ven cooptados por el mercado, la pedagogía, el coaching o la burocracia, la lectura de Bonoris actúa como un corte necesario.
Retomar el legado de Lacan no significa repetirlo como dogma, sino leerlo como interrogación. En ese sentido, nos ofrece herramientas conceptuales y clínicas para destrabar el pensamiento analítico de su propia inercia, y devolverle su filo crítico.
Si quieres conocer más sobre su trabajo, te recomiendo el video “Rectificación y responsabilidad: desambiguar a Lacan del lacanismo” (APOLa, 2021), y algunos de sus seminarios disponibles online. Estas ideas —valientes, lúcidas, incómodas— merecen ser escuchadas, no para ser aceptadas sin más, sino para alimentar el pensamiento y la práctica clínica.